Revista N°6. Julio - Agosto 2007
¿Cuánto tiempo más habrá bosques para jugar? Un tema actual con repercusiones futuras. Y si lo pensamos un poco más, una vieja historia que se agravó en extremo con el andar del capitalismo.
El uso desmedido de los recursos naturales para el sustento humano empezó a ser preocupante hace relativamente poco. A todo esto, las leyes que se escribieron no sirven si no son aplicadas. Y esto es así porque siempre el interés de quien tiene más capital es el que se impone. Al final, ese interés es un desinterés por la vida humana.
Para poner en evidencia esto, este número reúne nombres, voces para hablar de lo que pasa casi a la vuelta de la esquina: los desmontes en Salta. La nuestra es la provincia que más desmontes ha autorizado en los últimos años. Tanto así que, si toda la ganancia derivada de esa actividad se repartiera entre todos los afectados (los que se quedan sin casa, sin sustento, sin salud, etc.) éstos ya no tendrían de qué preocuparse. Por lo menos no de su futuro inmediato.
Lo que le sucede a Santos Zarza, habitante de General Pizarro, es una muestra más de lo que pasa cuando las políticas gubernamentales, más allá (o más acá) de las leyes, tienen como consecuencia la exclusión social de muchas personas.
Los artículos reunidos en este número fueron escritos por personas interesadas en el tema tanto por su impacto ambiental como por su repercusión social. Esto los lleva a comprometerse en una lucha que ya lleva años.
Este es un trabajo al que se puede aportar desde distintos ámbitos y, como nos compete a todos, no sólo las voces institucionalizadas deben hacerse escuchar.
Conscientes de ello, Oveja negra se suma a la voz pública y busca aportar desde su lugar. Como lo hicimos con los temas anteriores, queremos dar cuenta del trasfondo político de lo que podría parecer una ingenua preocupación verde. Decimos político porque lo que más nos importa es cómo ésta y otras cuestiones afectan a la sociedad. Pasen y vean qué hace el lobo en el bosque mientras nosotros queremos jugar.
El uso desmedido de los recursos naturales para el sustento humano empezó a ser preocupante hace relativamente poco. A todo esto, las leyes que se escribieron no sirven si no son aplicadas. Y esto es así porque siempre el interés de quien tiene más capital es el que se impone. Al final, ese interés es un desinterés por la vida humana.
Para poner en evidencia esto, este número reúne nombres, voces para hablar de lo que pasa casi a la vuelta de la esquina: los desmontes en Salta. La nuestra es la provincia que más desmontes ha autorizado en los últimos años. Tanto así que, si toda la ganancia derivada de esa actividad se repartiera entre todos los afectados (los que se quedan sin casa, sin sustento, sin salud, etc.) éstos ya no tendrían de qué preocuparse. Por lo menos no de su futuro inmediato.
Lo que le sucede a Santos Zarza, habitante de General Pizarro, es una muestra más de lo que pasa cuando las políticas gubernamentales, más allá (o más acá) de las leyes, tienen como consecuencia la exclusión social de muchas personas.
Los artículos reunidos en este número fueron escritos por personas interesadas en el tema tanto por su impacto ambiental como por su repercusión social. Esto los lleva a comprometerse en una lucha que ya lleva años.
Este es un trabajo al que se puede aportar desde distintos ámbitos y, como nos compete a todos, no sólo las voces institucionalizadas deben hacerse escuchar.
Conscientes de ello, Oveja negra se suma a la voz pública y busca aportar desde su lugar. Como lo hicimos con los temas anteriores, queremos dar cuenta del trasfondo político de lo que podría parecer una ingenua preocupación verde. Decimos político porque lo que más nos importa es cómo ésta y otras cuestiones afectan a la sociedad. Pasen y vean qué hace el lobo en el bosque mientras nosotros queremos jugar.
Oveja Negra
Imagen: Diego Arroyo
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