Revista N°3. Marzo 2007
Comienza el año 2007 y la historia que impregna a marzo es el motor que impulsa a luchar para que no haya justicia ausente. A ya 31 años de la última dictadura, la “peste” autoritaria que se llevó miles de vidas, y que todavía es apañada por muchos, es un motivo más que suficiente para levantar la voz y decir. No hace falta ser especialista en el tema para opinar: la vida cotidiana, el tener algún miembro de la familia que haya vivido el “terror de facto”, algún pariente de un amigo, alguien con nombre
y apellido que aunque no hayamos conocido existió y nunca quiso ser un número más que la CONADEP diera a conocer; es alguien que pide memoria y acción. Y por eso hay que animarse a hablar, a pensar y hablar (hacer) con las palabras que uno tenga y que en definitiva son de uno.
“De tanto fuego permanece el fuego / ni con dientes ni con balas muere el fuego...” dicen los versos del poema de Teresa Herrán recordando la masacre de Palomitas. Y recordando la masacre nacional, la desaparición de miles de vidas y la tortura, prácticas oficializadas y reivindicadas por las fuerzas armadas. Hace poco el vicealmirante retirado Luis María Mendía afirmaba cínicamente haber ideado “los vuelos de la muerte” acorde al plan -recordemos, vergonzosa y tristemente legalizado- de “guerra contra la subversión”. Y dicen que cuando uno llega a viejo se hace más sabio... es que quizás tendemos a asociar esa cualidad con la sensatez, con la cordura y la honestidad que permite a todo ciudadano realizarse en la vida privada y pública. Que uno llegue a ser sabio en cuestiones de corrupción, de impunidad, y de atropello a los derechos humanos simplemente no puede ser motivo de orgullo. Sin embargo, hoy en día se sigue justificando lo que es injustificable, civil y humanamente hablando.
Por eso el título de este número. Una frase que nació como fuego y que hoy pareciera extinguirse en actos oficiales de estilo demagógico; porque el “nunca más” parece quedar muy grande y estar lejos de ser “nunca más”. Hoy en día, el vacío al que fue relegada la frase no deja de ser elocuente.
Por ello, esta tercera edición de Oveja Negra fue concebida como un acto de memoria y de acción, partiendo del hecho de que esta historia no es ajena sino todo lo contrario: más que “acompañar en el sentimiento” pensamos en la necesidad de volver sobre este tema desde el recuerdo y con la mirada puesta en el presente que vivimos. Agradecemos, entonces, la participación de aquellos que decidieron pasar y dejar su voz para compartir, así como también invitamos a que sumen otras más, como una forma de seguir indagando el tiempo y el espacio que nos toca vivir.

“De tanto fuego permanece el fuego / ni con dientes ni con balas muere el fuego...” dicen los versos del poema de Teresa Herrán recordando la masacre de Palomitas. Y recordando la masacre nacional, la desaparición de miles de vidas y la tortura, prácticas oficializadas y reivindicadas por las fuerzas armadas. Hace poco el vicealmirante retirado Luis María Mendía afirmaba cínicamente haber ideado “los vuelos de la muerte” acorde al plan -recordemos, vergonzosa y tristemente legalizado- de “guerra contra la subversión”. Y dicen que cuando uno llega a viejo se hace más sabio... es que quizás tendemos a asociar esa cualidad con la sensatez, con la cordura y la honestidad que permite a todo ciudadano realizarse en la vida privada y pública. Que uno llegue a ser sabio en cuestiones de corrupción, de impunidad, y de atropello a los derechos humanos simplemente no puede ser motivo de orgullo. Sin embargo, hoy en día se sigue justificando lo que es injustificable, civil y humanamente hablando.
Por eso el título de este número. Una frase que nació como fuego y que hoy pareciera extinguirse en actos oficiales de estilo demagógico; porque el “nunca más” parece quedar muy grande y estar lejos de ser “nunca más”. Hoy en día, el vacío al que fue relegada la frase no deja de ser elocuente.
Por ello, esta tercera edición de Oveja Negra fue concebida como un acto de memoria y de acción, partiendo del hecho de que esta historia no es ajena sino todo lo contrario: más que “acompañar en el sentimiento” pensamos en la necesidad de volver sobre este tema desde el recuerdo y con la mirada puesta en el presente que vivimos. Agradecemos, entonces, la participación de aquellos que decidieron pasar y dejar su voz para compartir, así como también invitamos a que sumen otras más, como una forma de seguir indagando el tiempo y el espacio que nos toca vivir.
Oveja Negra.
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