
Entrevista a Raúl Martín Vargas, periodista de la radio de la UNSa
“Es muy importante seguir defendiendo el periodismo como oficio”
Por: Roberto Acebo
Imagen: http://www.graciasdenada.com.ar/
.- ¿Qué opinión tenés, Raúl, acerca del periodismo en Salta?
- Para hablar del periodismo en Salta, tenemos que decir primero que el periodismo está relacionado con la libertad de expresión, y ésta con la libertad de empresas. La empresa tiene como objetivo el generar ganancias. Hay una libertad de empresa muy amplia dentro del sistema capitalista, obviamente.
Sin embargo, cuando nos referimos a la libertad de expresión, ésta queda totalmente coartada por la necesidad de ganar dinero. Tenés libertad de expresión hasta donde podés ganar dinero. Si vos hacés algún material que en definitiva no sirve para ganar dinero, eso ya te coarta.
A partir de ahí, el periodismo en Salta está relacionado con las empresas, las empresas están relacionadas con un mercado muy pequeño cautivo de los sectores que manejan el poder. Éstos últimos son, generalmente, los que se alternan en los distintos poderes del Estado (Ejecutivo, Judicial, Legislativo).
Por todo esto, las pequeñas empresas que existen en Salta no tienen capacidad como para generar una libertad de expresión amplia. No hay, no puede haber, mucha oferta de periodismo. La libertad de empresa secciona gran parte de esa posibilidad que tendría un periodista de ejercer, de traer la información, de trabajarla y de llevarla a cualquier medio para que ésta se conozca.
- Entonces la pregunta que me quedaría por hacerte, Raúl, es ¿cómo se informa la gente en Salta?
- Existen muy pocas fuentes de información que son tratadas como tales. Y esas son las fuentes del gobierno, o las fuentes del poder. Si yo busco una información que puede molestar al gobierno, tengo la posibilidad de perder la publicidad que sirve para pagar sueldos, que sirve para que mi empresa funcione. Entonces, el periodismo en Salta funciona en forma muy limitada porque tiene una sola fuente, una sola mirada, la mirada del poder.
- En este contexto, Raúl, ¿qué significa una carrera de Comunicaciones Sociales en la universidad pública, aquí en Salta?
- Significa una posición ideológica distinta a la que tenía Salta como –tomando un término economicista- oferta académica.
- ¿Cuáles son esas dos posiciones?
- Se puede decir que en la UNSa. no hay una posición definida de izquierda o derecha... por así decirlo. Sí, en la Universidad Católica. Obviamente, allí la posición es de centro derecha y derecha.
En la universidad pública, tenemos desde centro izquierda, progresistas –si se quiere- con un material de análisis que tiene que ver con el materialismo histórico, con líneas del marxismo, sin profundizar mucho con este tipo de orientación, hasta otras líneas. Más bien, podríamos decir que la perspectiva es progresista, de centro izquierda, muy a tono con la actualidad política argentina.
- Y eso, ¿en qué beneficia o perjudica a un medio de prensa en Salta?
- Bueno, ayuda mucho. Ayuda a tener una visión más crítica de las realidades. Sin embargo, vuelvo a insistir, todo esto está limitado a las ofertas que tiene el mercado de los medios.
Ahora bien, hay que tener muy en cuenta que aquí no se estudia periodismo, que el periodismo no se estudia. El periodismo es un oficio, antes que nada. Y eso está expresado en la ley del periodismo: “Periodista es –dice- aquel que ejerce durante dos años seguidos y pagados, esos dos años. Ya sea, en relación de dependencia o relación de cualquier tipo de contrato con algún medio...” Eso lo habilita a ejercer como periodista. Es decir, a mí no me habilita como periodista título, lo único que me habilita es mantenerme en el tiempo ejerciendo ese oficio.
Y esto es muy importante, porque Argentina es uno de los pocos países que todavía defiende ese criterio. Y eso gracias a una escuela muy fuerte que viene de Rodolfo Walsh, de periodistas que se han puesto muy firmes en la defensa de la libertad de expresión. Porque si empezamos a colegiar a los periodistas, directamente, vamos, en el futuro, a tener una elite, aquella que pueda acceder a una educación universitaria y además aquellos que llegan a tener el título van ser aquellos que tengan posibilidades familiares de redes, de vínculos para acceder, justamente, a los medios. Y vamos a tener una posición muy homogénea en cuanto al pensamiento y a la libertad de expresión. Porque, supuestamente, en el periodismo, la idea es darle mayor diversidad a las posiciones políticas y demás. Por eso es que es muy importante seguir defendiendo el periodismo como oficio.
- Atendiendo a lo que venís diciendo Raúl, ¿qué significado tiene para vos el hecho de que la universidad pública “academice” el oficio de periodista?
- Hace un par de semanas, salió publicada en la XXIII una nota que le hacen a Jorge Lanata, uno de los periodistas más “creíbles” de la Argentina. Y él decía que es una mierda lo que enseñan las academias de periodismo, de comunicación. Que, actualmente, los periodistas jóvenes que se reciben ahí tienen un déficit de lectura, un déficit de especialización... Entonces, dice Lanata, que aconseja a todo aquel que quiera hacer periodismo que abandone ya cualquier carrera de comunicaciones y que se dedique a cualquier otra carrera: literatura, historia, economía. Que él prefiere periodistas especializados. A partir de allí, lo único que se le ocurre ahora, cuando le piden un consejo para un chico que quiere estudiar periodismo, es que empiece a leer mucho, para tener una visión distinta de lo que es el periodismo en sí, como oficio.
Pero, volviendo al tema, la universidad te obliga a escribir y eso es bueno. Eso es muy bueno, te obliga a tener disciplina en cuanto a ese tipo de cosas. Digamos que es positivo hasta cierto punto. Eso es lo bueno y lo que hay que rescatar, pero lo que no hay que esperar es que salgan periodistas de ahí. Pueden salir comunicadores, gente especializada, que ha aprendido mucho. Pero el periodista se va a hacer, justamente, primero, en la vocación de querer llevar adelante todo este tipo de compromiso.
Yo lo tomo a Walsh como el hombre que de la literatura pasó al periodismo. Él dice que logra hacerse de ese oficio gracias al compromiso que adquiere ideológicamente. Es decir, si yo tengo algo para decir, entonces, yo ejerzo el periodismo. Quiero decir algo, quiero denunciar, quiero contar algo, quiero expresarlo. Tengo esa necesidad de hacerlo.
- Desde la perspectiva que estás desarrollando, Raúl, ¿cuál es el margen que le queda al periodista para ejercer su oficio?
- Es la negociación constante. Es un hecho que el periodista es un trabajador, antes que nada. Que vive de esa actividad. Debe sobrevivir cotidianamente, saber negociar hasta dónde alcanza, hasta dónde llega, cuáles son, digamos, sus límites.
En esa negociación, el periodista sabe también que puede lograr decir, que, en algunas grietas, se pueden filtrar posiciones distintas. Y esa es justamente la capacidad del periodista, que puede decir cosas que el poder no capta, o no tiene la capacidad de entender, sabiendo que mucha gente -que es demás humilde- puede hacerlo. Y puede decir muchas cosas y cuando empieza a decir cosas, empieza a concientizar sobre posiciones de lo que está sucediendo en la realidad. A partir de ahí, digamos, esa negociación le permite lograr objetivos, le permite lograr satisfacciones como periodista. Por eso, ese es un margen muy pequeño, pero muy importante, tremendamente importante. Fundamentalmente desde el periodismo del compromiso. Porque aquí hay que diferenciar qué es un periodista y qué es un publicista. Por ejemplo, en Salta hay muchos publicistas, gente que trabaja publicitando la acción de un gobierno o la acción de un medio, de un empresario, o de alguna persona pública, política o lo que sea. Entonces, ahí está la diferencia. El periodista, no. El periodista busca constantemente tirar información, elaborarla, buscar que esa noticia llegue, golpee, impacte de alguna manera, aunque sea mínima, y en el marco de esa negociación, termine finalmente, digamos, retroalimentando, en esas grietas que se generan, posiciones de reacción de la gente. Y eso es posible.
No necesariamente la gente se acomodaba a los medios, o sea, también hay que ver que la gente tiene posibilidades de tomar posiciones alternativas. Que la gente es... o las masas son cautivas de los medios, eso no es cierto. O que los medios forman opinión pública. Todo tiene un límite y ese límite es la negociación. Todos negociamos para sobrevivir y buscar algo mejor.
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