Revista Nº 1. Octubre 2006
El Poder y su incidencia en el cuerpo. La postura de la Comisión de la Mujer – UNSa.
“Nuestro país necesita garantizar el derecho al aborto legal y seguro”
Por: Julieta Choke
En el marco de la lucha por la Legalización y Despenalización del Aborto en la Argentina, la Licenciada Luz Sánchez –integrante de la Comisión de la Mujer, UNSa- comparte con nosotros su opinión acerca de este tema.
* ¿Cuál es la situación actual en Salta, en materia de legislación, respecto a la legalización del aborto?
El código penal argentino indica que el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, aunque se despenaliza cuando la vida o la salud de la mujer embarazada está en peligro, y cuando una mujer mentalmente discapacitada resulta embarazada como producto de una violación. Consecuentemente en Salta el acceso de las mujeres al aborto está prohibido, no hay legislación que despenalice el aborto. El argumento que sostiene esta postura está basado en el valor moral intrínseco de la vida por nacer, sin considerar los derechos y las circunstancias de la mujer con un embarazo no deseado. Cuando una mujer no puede o no desea continuar con un embarazo la única opción es un aborto ilegal y en la mayoría de los casos inseguro. La realidad demuestra que las mujeres de los grupos sociales que gozan de mayores ingresos y niveles educativos, desarrollan márgenes más amplios de autonomía personal y de movilidad, por lo que sus derechos sexuales y reproductivos “se ejercen más allá de las normas tradicionales vigentes, de las prohibiciones y tabúes”. Igualmente, se debe considerar que las decisiones sobre anticoncepción y aborto son difíciles, personales y muchas veces dolorosas.
* ¿Qué opina acerca de la postura de la Iglesia con relación al tema? Recordemos también su postura cuando se aprobó por decreto la asistencia quirúrgica, pública y gratuita, a la ciudadanía en general que quiera realizarse una vasectomía o la ligadura de trompas...
La iglesia católica plantea que el feto tiene derechos desde la concepción asignándole el status de persona y, por lo tanto, debe defenderse su derecho a vivir por sobre toda consideración. En este caso se sitúa a las mujeres como sujetos sin autonomía, sin libertad y, consecuentemente, sin derechos. Me interesa señalar que la Conferencia Mundial de DDHH del año 1932 sostiene que “todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí”. Así, el derecho a la vida no es posible sin garantizar el derecho humano a la salud física y mental, a la alimentación, a la libertad de las personas en condiciones dignas. Según los documentos de acción de Beijin y de El Cairo, los derechos reproductivos se basan en el reconocimiento básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el intervalo entre los nacimientos, y a recibir información sobre los medios anticonceptivos. El derecho a la salud sexual y reproductiva ha sido objeto de debates internacionales, la Plataforma de Beijin reconoce “el derecho humano de la mujer a tener control respecto de su salud sexual y reproductiva, y a decidir libre y responsablemente respecto de estas cuestiones sin verse sujeta a coerción, discriminación y violencia”. Nuestro país, para cumplir con sus obligaciones internacionales en cuanto a los derechos humanos de la mujer, necesita garantizar el derecho al aborto legal y seguro, y el acceso a métodos anticonceptivos. El aborto seguro y legal es esencial para la salud y autonomía de las mujeres y sería la manera más directa para limitar la pérdida de la vida y de la salud que resultan de la práctica del aborto ilegal.
* Una forma de revertir el ejercicio de poder que menoscaba el derecho de la mujer a decidir por sí misma sobre su propio cuerpo, implica necesariamente la lucha para lograr la legalización del aborto. ¿Cómo visualiza el panorama actual de debate con relación a este tema?
Es necesario considerar que los derechos humanos cuando conciernen específicamente a las mujeres, como lo es el derecho a decidir sobre su cuerpo (“primera propiedad”) y consecuentemente, sobre el aborto, tienen más dificultades para ser reconocidos dentro del orden jurídico. Cuando una mujer debe decidir sobre un embarazo no deseado, frecuentemente su decisión está al final de una lista de decisiones que le han sido prohibidas u obstaculizadas (el acceso a la información, el acceso a medios anticonceptivos, por ejemplo). Para hacer real la igualdad entre varones y mujeres, la legislación debería eliminar las barreras que les impiden a las mujeres tener la autonomía sobre su propio cuerpo y generar mecanismos de consulta y de cooperación ya que el bien que se desea proteger es la vida, que no puede sólo entenderse como la vida del feto, sino la vida y la libertad de las mujeres. Justamente, la construcción de una sociedad justa y democrática supone una valoración positiva de la diferencia, lo que obliga al reconocimiento de los derechos específicos de las mujeres.
* ¿Cómo cree que va a seguir esta situación en Salta en materia legislativa, y a nivel de conciencia colectiva?
Vivimos en una sociedad patriarcal en la cual la reproducción está fuertemente controlada, por lo tanto la cuestión del aborto es una problemática que se relaciona directamente con las decisiones jurídicas que a su vez responden a concepciones morales de origen fundamentalmente religioso, que se plasman en la legislación sobre la práctica del aborto. En Salta a las mujeres se les impide tomar decisiones independientes respecto a su salud y su vida en el ámbito de la reproducción. Es necesario que el Estado cumpla con sus obligaciones con respecto a los derechos humanos de las mujeres garantizándoles el acceso al aborto legal y seguro y, también, a métodos anticonceptivos e información adecuada. El Estado asumió esa responsabilidad al adherir a las convenciones internacionales de derechos humanos y -en el caso específico de las mujeres-, a la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra las Mujeres.
* La consecuencia de la obstaculización del aborto en los casos de Romina Tejerina en Jujuy, y el de las dos chicas discapacitadas violadas en Buenos Aires y Mendoza, es hoy en día en nuestro país motivo simbólico de la lucha por la legalización del aborto y su consecuente despenalización. ¿Qué opina al respecto?
Son casos distintos. En el primero hay infanticidio. En el segundo, hubo un brutal desconocimiento del Código Penal que autoriza al aborto en casos como los sucedidos, que se inscribían con toda claridad en la excepción que el Código establece. Y se lo hizo con argumentos no jurídicos, lo cual es una barbaridad. Forzar a mujeres-niñas (por su discapacidad) a mantener un embarazo producto de una violación es forzarlas a una identidad –ser madres- con todas las consecuencias psicológicas, económicas y sociales que ello implica, sin estar en condiciones. Considero que estos casos ponen en evidencia las barreras de todo tipo –personales, legales y políticas- que tenemos las mujeres para el ejercicio de nuestros derechos. Pero también han puesto en evidencia dos cosas: la necesidad de que la sociedad debata a fondo esta cuestión, y la necesidad de que ese debate se realice desde la razón y no desde posturas dogmáticas que niegan toda posibilidad. La lucha por la legalización del aborto y su despenalización es fundamental. El respeto por la autonomía y la libertad de las mujeres implica la toma de decisiones significativas para nuestra propia vida ya que nuestra ciudadanía se expresa en la demanda pero también en el compromiso, para hacer de la sociedad un lugar más justo.
“Nuestro país necesita garantizar el derecho al aborto legal y seguro”
Por: Julieta Choke
En el marco de la lucha por la Legalización y Despenalización del Aborto en la Argentina, la Licenciada Luz Sánchez –integrante de la Comisión de la Mujer, UNSa- comparte con nosotros su opinión acerca de este tema.
* ¿Cuál es la situación actual en Salta, en materia de legislación, respecto a la legalización del aborto?
El código penal argentino indica que el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, aunque se despenaliza cuando la vida o la salud de la mujer embarazada está en peligro, y cuando una mujer mentalmente discapacitada resulta embarazada como producto de una violación. Consecuentemente en Salta el acceso de las mujeres al aborto está prohibido, no hay legislación que despenalice el aborto. El argumento que sostiene esta postura está basado en el valor moral intrínseco de la vida por nacer, sin considerar los derechos y las circunstancias de la mujer con un embarazo no deseado. Cuando una mujer no puede o no desea continuar con un embarazo la única opción es un aborto ilegal y en la mayoría de los casos inseguro. La realidad demuestra que las mujeres de los grupos sociales que gozan de mayores ingresos y niveles educativos, desarrollan márgenes más amplios de autonomía personal y de movilidad, por lo que sus derechos sexuales y reproductivos “se ejercen más allá de las normas tradicionales vigentes, de las prohibiciones y tabúes”. Igualmente, se debe considerar que las decisiones sobre anticoncepción y aborto son difíciles, personales y muchas veces dolorosas.
* ¿Qué opina acerca de la postura de la Iglesia con relación al tema? Recordemos también su postura cuando se aprobó por decreto la asistencia quirúrgica, pública y gratuita, a la ciudadanía en general que quiera realizarse una vasectomía o la ligadura de trompas...
La iglesia católica plantea que el feto tiene derechos desde la concepción asignándole el status de persona y, por lo tanto, debe defenderse su derecho a vivir por sobre toda consideración. En este caso se sitúa a las mujeres como sujetos sin autonomía, sin libertad y, consecuentemente, sin derechos. Me interesa señalar que la Conferencia Mundial de DDHH del año 1932 sostiene que “todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí”. Así, el derecho a la vida no es posible sin garantizar el derecho humano a la salud física y mental, a la alimentación, a la libertad de las personas en condiciones dignas. Según los documentos de acción de Beijin y de El Cairo, los derechos reproductivos se basan en el reconocimiento básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el intervalo entre los nacimientos, y a recibir información sobre los medios anticonceptivos. El derecho a la salud sexual y reproductiva ha sido objeto de debates internacionales, la Plataforma de Beijin reconoce “el derecho humano de la mujer a tener control respecto de su salud sexual y reproductiva, y a decidir libre y responsablemente respecto de estas cuestiones sin verse sujeta a coerción, discriminación y violencia”. Nuestro país, para cumplir con sus obligaciones internacionales en cuanto a los derechos humanos de la mujer, necesita garantizar el derecho al aborto legal y seguro, y el acceso a métodos anticonceptivos. El aborto seguro y legal es esencial para la salud y autonomía de las mujeres y sería la manera más directa para limitar la pérdida de la vida y de la salud que resultan de la práctica del aborto ilegal.
* Una forma de revertir el ejercicio de poder que menoscaba el derecho de la mujer a decidir por sí misma sobre su propio cuerpo, implica necesariamente la lucha para lograr la legalización del aborto. ¿Cómo visualiza el panorama actual de debate con relación a este tema?
Es necesario considerar que los derechos humanos cuando conciernen específicamente a las mujeres, como lo es el derecho a decidir sobre su cuerpo (“primera propiedad”) y consecuentemente, sobre el aborto, tienen más dificultades para ser reconocidos dentro del orden jurídico. Cuando una mujer debe decidir sobre un embarazo no deseado, frecuentemente su decisión está al final de una lista de decisiones que le han sido prohibidas u obstaculizadas (el acceso a la información, el acceso a medios anticonceptivos, por ejemplo). Para hacer real la igualdad entre varones y mujeres, la legislación debería eliminar las barreras que les impiden a las mujeres tener la autonomía sobre su propio cuerpo y generar mecanismos de consulta y de cooperación ya que el bien que se desea proteger es la vida, que no puede sólo entenderse como la vida del feto, sino la vida y la libertad de las mujeres. Justamente, la construcción de una sociedad justa y democrática supone una valoración positiva de la diferencia, lo que obliga al reconocimiento de los derechos específicos de las mujeres.
* ¿Cómo cree que va a seguir esta situación en Salta en materia legislativa, y a nivel de conciencia colectiva?
Vivimos en una sociedad patriarcal en la cual la reproducción está fuertemente controlada, por lo tanto la cuestión del aborto es una problemática que se relaciona directamente con las decisiones jurídicas que a su vez responden a concepciones morales de origen fundamentalmente religioso, que se plasman en la legislación sobre la práctica del aborto. En Salta a las mujeres se les impide tomar decisiones independientes respecto a su salud y su vida en el ámbito de la reproducción. Es necesario que el Estado cumpla con sus obligaciones con respecto a los derechos humanos de las mujeres garantizándoles el acceso al aborto legal y seguro y, también, a métodos anticonceptivos e información adecuada. El Estado asumió esa responsabilidad al adherir a las convenciones internacionales de derechos humanos y -en el caso específico de las mujeres-, a la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra las Mujeres.
* La consecuencia de la obstaculización del aborto en los casos de Romina Tejerina en Jujuy, y el de las dos chicas discapacitadas violadas en Buenos Aires y Mendoza, es hoy en día en nuestro país motivo simbólico de la lucha por la legalización del aborto y su consecuente despenalización. ¿Qué opina al respecto?
Son casos distintos. En el primero hay infanticidio. En el segundo, hubo un brutal desconocimiento del Código Penal que autoriza al aborto en casos como los sucedidos, que se inscribían con toda claridad en la excepción que el Código establece. Y se lo hizo con argumentos no jurídicos, lo cual es una barbaridad. Forzar a mujeres-niñas (por su discapacidad) a mantener un embarazo producto de una violación es forzarlas a una identidad –ser madres- con todas las consecuencias psicológicas, económicas y sociales que ello implica, sin estar en condiciones. Considero que estos casos ponen en evidencia las barreras de todo tipo –personales, legales y políticas- que tenemos las mujeres para el ejercicio de nuestros derechos. Pero también han puesto en evidencia dos cosas: la necesidad de que la sociedad debata a fondo esta cuestión, y la necesidad de que ese debate se realice desde la razón y no desde posturas dogmáticas que niegan toda posibilidad. La lucha por la legalización del aborto y su despenalización es fundamental. El respeto por la autonomía y la libertad de las mujeres implica la toma de decisiones significativas para nuestra propia vida ya que nuestra ciudadanía se expresa en la demanda pero también en el compromiso, para hacer de la sociedad un lugar más justo.
1 comentario:
Maxi, de Lanús, mandó el siguiente comentario al mail y pide que lo subamos
lei el articulo y no puedo deja de discrepar con algunas cosas.
1.-El argumento que sostiene esta postura está basado en el valor moral intrínseco de la vida por nacer, sin considerar los derechos y las circunstancias de la mujer con un embarazo no deseado
LA VIDA POR NACER, YA ES VIDA. EL PROBLEMA ES QUE HACER PARA EVITAR LOS EMBARAZOS NO DESEADOS.
2- SI CAMBIAMOS EL ORDEN ¿NO CAMBIA EL SENTIDO? O SEA SI APROBAMOS EL ABORTO, NO SERIA EL FETO EL QUE PIERDA SUS DERECHOS?
En este caso se sitúa a las mujeres como sujetos sin autonomía, sin libertad y, consecuentemente, sin derechos
3-El aborto seguro y legal es esencial para la salud y autonomía de las mujeres y sería la manera más directa para limitar la pérdida de la vida y de la salud que resultan de la práctica del aborto ilegal.
EN EL CASO DE UN ABORTO LEGAL DESCENDERIA EL INDICE DE MUERTE DE LAS MUJERES. PERO EL RESULTADO SERIA EL MISMO PARA LOS BEBES 100%.
VUELVO A INSISTIR EL PROBLEMA ES LA FALTA DE PREVENCION.
4-Una forma de revertir el ejercicio de poder que menoscaba el derecho de la mujer a decidir por sí misma sobre su propio cuerpo.
LA MUJER QUE DECIDA SOBRE SU CUERPO, PERO NO SOBRE LA VIDA DEL BEBE.
5- COINCIDO UN 100% EN QUE NADIE TIENE DERECHO A DECIDIR QUE HACES CON TU CUERPO, ATADURAS DE TROMPAS, ANTICONCEPTIVOS Y TODOS LOS METODOS QUE SE TE OCURRAN.
PERO EN LO QUE NUNCA NOS VAMOS A PONER DE ACUERDO ES QUE EN MI OPINION, NO TENES DERECHO A DECIDIR SOBRE LA VIDA DE UN 3º, O SEA EL BEBE O FETO O COMO LO QUIERAS LLAMAR.
6- PONES EJEMPLOS DE LO QUE PASO X NO ABORTAR. PERO NO ESCRIBIS NADA DE LAS CONCECUENCIAS QUE TIENE EL ABORTO, DIGASE PSICOLOGICAS, FISICAS Y DEMAS.
7- YA TERMINO. APOYO TODO METODO ANTICONCEPTIVO.
PERO EL ABORTO ES QUITAR EL DERECHO A LA VIDA.
OJO EN CASO EXTREMOS COMO ANENCEFALIA, OBVIAMENTE ES NECESARIO. EL BEBE YA ESTA MUERTO Y NO ES NECESARIO QUE LA MUJER SUFRA.
PERO AL ABORTO LIBRE Y GRATUITO MI VOTO SIGUE SIENDO "NO"
SALUDOS MAXIMO
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