Oveja Negra
Revista Universitaria
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martes, 8 de abril de 2008

Apunte sobre medios y democracia

Revista N°9. Abril 2008



Por Ana Laura Elbirt

Un error muy común que se comete a la hora de conceptualizar la palabra democracia, es reducirla al acto votar. El sistema democrático implica la participación del pueblo a través del voto, pero no se reduce a éste, puesto que la democracia es mucho más compleja y, por tanto, difícil de entender y explicar.
En este texto me limitaré a discutir sobre un fenómeno (bastante “democrático”, por cierto) que en los últimos años se ha hecho muy común: votar en los concursos de televisión.
Sea por mensajito de texto o llamando a un 0-600, el voto televisivo ha tomado protagonismo en muchos programas. A continuación una breve descripción de algunos de ellos:

Gran hermano.- Unos cuantos seres humanos conviven en una casa por varios meses. Se despliegan en ese campo un sinnúmero de estrategias para marcar y ganar terreno. Una cámara, ubicada hasta en el baño, filma a los participantes estén donde estén, haciendo lo que estén haciendo.
Cada semana un jugador queda eliminado, hasta llegar al gran ganador. Quién se va y quién se queda es una incógnita que sólo el público puede develar.
Cabe destacar que generalmente la audiencia vota por aquel participante que más escándalo haga o quien se haya acostado con más personas de la casa.
Bailando por un sueño.-. Un aficionado del baile tiene un sueño y para cumplirlo cuenta con la ayuda de algún famoso olvidado o un personaje de moda. Juntos bailan, luchan, lloran y, sobre todo, pelean para poder hacer realidad el sueño.
Bailando por un sueño y sus versiones de cantando y patinando son un clásico de la televisión argentina. Aquí el público cumple un rol central, puesto con su voto elije quien se queda en el certamen y quien se va hacer escándalo al programa de Rial.
El gen argentino.- ¿sabías que los que nacemos en este pedazo de tierra tenemos algo especial en la sangre?. Partiendo de esta cuestión, los argentinos debemos gastar dinero en mensajito de texto para elegir al personaje que más nos represente. El objetivo de este programa es seguir avivando el nacionalismo que llevamos dentro. Tal es así, que muchos ineptos entendieron mal la idea del “concurso” y postularon como candidatos a García Márquez, Julio Cortázar, entre otros.
La mamá del año.- Un grupo de madres presentan sus vidas en el programa que conduce Andrea del Boca. Cada mamá tiene una historia de vida complicada, pero todas coinciden que por sus hijos son capaces de hacer cualquier cosa.
El público vota a la madre que más lo representa o a la historia que más lo conmueva.

Estos son algunos de los programas en donde la audiencia tiene una participación crucial, no sólo porque decide quién gana el concurso, sino porque con los $3 más IVA que cuesta cada llamada, dan de comer a todo el canal de TV. Además, el público ayuda a alimentar una gran cantidad de “periodistas” y a avivar la banalidad que todos llevamos dentro.
Podemos deducir entonces que “somos dueños de elegir” quién permanece en una casa de locos, quién cumple un sueño y quién es el más argentino de los argentinos. Cuánta cursilería hay en los medios, bendita y maldita democracia…

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